El Cáncer y la Discriminación Laboral
Aunque muchos no lo crean, el cáncer se ha convertido poco a poco en un problema social dentro del entorno de trabajo. Esta clase de aversión laboral sucede mayormente cuando el empleador o incluso, sus colegas, etiquetan como ineficiente al empleado que padece de alguna enfermedad, siendo este perfectamente calificado para el trabajo. La discriminación ocurre solo en base de su desfavorable condición.
Este tipo de acusaciones pueden ocasionar una pérdida de oportunidades, como el descenso de un puesto en un trabajo, una escaza flexibilidad de parte de los miembros de la empresa o incluso, exclusión al momento de la toma de decisiones.
También existe la posibilidad de que pierda su trabajo o no pueda conseguir alguno tan sólo por padecerla, sin importar que éste se desempeñe de manera positiva y mantenga un tratamiento constante para atribuir a su bienestar.
¿Cómo Podría Evitarse?
Ya que la razón principal de dicha discriminación con respecto al cáncer viene de la mano con mal entendidos, lo correcto para tumbar toda barrera es buena comunicación y educación, tanto sobre la enfermedad que está de por medio y todo mito o representación ficticia que tengan los colegas de trabajo.
La realidad de los casos es totalmente lo contrario a los que suelen pensar algunos, pues además de que el cáncer no representa una muerte segura, tampoco es un sinónimo de falta de productividad.
Está confirmado la mayoría de los casos, alrededor del 60%, son curados efectivamente luego de un adecuado tratamiento y que la efectividad en las tareas cotidianas de los pacientes no declinará.
Se dice que al menos una de cada cinco personas a nivel mundial se verá afectadas por algún tipo de cáncer en el transcurso de su vida. Por lo tanto, siendo tan notoria esta enfermedad, resulta deplorable cómo los casos de discriminación aumentan exponencialmente.
Leyes a Favor del Paciente
Es necesario resaltar que las oportunidades de los diagnosticados son favorables y abundantes y todo caso de discriminación laboral puede ser suprimido legalmente, cuando se cuenta con el apoyo necesario.
Por ejemplo, la ley de Licencia Médica y Familiar de 1933 de los Estados Unidos les exige a las empresas que tengan 50 o más empleados autorizar licencias no pagadas de hasta 12 semanas por un período prolongado de 12 meses cuando se presentan problemas, entre ellas, padecer de una grave enfermedad.
Esto funciona como una opción disponible si el tratamiento le impide participar en las jornadas de trabajo. Al valerse de esta licencia, el paciente debería recibir igualmente sus prestaciones y seguro médico, además de un puesto de trabajo asegurado similar al anterior.
Si usted o algún conocido es víctima de esto, se le es recomendado llevar registro de lo que ocurra, incluyendo datos como la fecha del suceso, horario, las personas que estuvieron involucradas, ubicación y la medida que fue utilizada, para luego acudir al departamento de recursos humanos y tratar el problema.
Lo mejor también sería consultar con algún abogado experto para evaluar si lo sucedido puede denominarse como acoso y recibir mayor ayuda.